Hay algo que no tiene nombre.
Lo busco en las esquinas,
bajo los árboles,
en los ojos de los que pasan
por mi lado.
Hay algo que no tiene sombra.
Se desdibuja en el asfalto,
pareciera que las montañas algo dicen
y los perros huérfanos lo ocultan.
Y las vísceras me lo recuerdan:
no tiene nombre, no tiene sombra.
Busco algo que no tiene nombre.
Busco algo que no tiene sombra.