
María entró y se recostó en la cama.
Ahí estaba él, mirándola como
quien recibe un premio.
Pensó que tenía todas las de ganar.
Que ya no habrían excusas.
Ella, pura, le daría su primera vez.
Se acercó suavemente a María.
Ella temblaba.
Y susurrante le dijo que la amaba.
Ella bajó los ojos.
No simulaba sorpresa,
la timidez era real.
Él se le acercó más.
Llegó a estar a centímetros de su cara.
Olía su aroma.
Sabía que tenía que
acercarse un poco más...
"Esta es tu primera vez",
dijo él excitado.
"Sí -dijo María, esta vez sonriendo,
burlescamente y con sorna-.
Y levantando la vista,
con los ojos encendidos, fulminó:
"esta es mi primera vez... contigo".
4 comentarios:
chuuuuuuuuuuuuuuu ... ¡sorpresa!
jejejejeje
buenísimo!!!!
jejej
después de todo todas somos maría...
me sacaste una sonrisa en este día de lluvia
beso grande
El poema crece en clímax y termina en un hachazo! Y ese final me hizo reir! Buenísimo, tu "María",mil besos!
jejeje... buenisimo
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